EDUCACIÓN Y ÉTICA PROFESIONAL EN VENEZUELA
La ética profesional se refiere al conjunto de normas o principios por los cuales debe regirse una persona en el ámbito laboral. Este factor trata de abarcar los parámetros y actividades que se realizan en las diferentes profesiones. Trata de establecer conciencia de responsabilidad en la ejecución de la profesión, mediante los valores que tiene cada persona.
Para que una persona tenga ética profesional es fundamental que goce de una naturaleza o personalidad que restaure el sentido de responsabilidad en cada individuo para un mejor rendimiento, como principal objetivo de esta materia.
La ética profesional no depende directamente de normas o códigos de conducta; no nos pone en dilema del cumplimiento o no de ciertas reglas debido a que sucede naturalmente. El comportamiento de la ética es totalmente libre y responsable de las consecuencias que pueda llegar a tener, independientemente de las buenas intenciones.
En lo profesional, tiene que ver directamente con nosotros. Guarda relación con la calidad moral del trabajo que realizamos, se vincula con la forma en que llevamos a cabo nuestro quehacer diario, que implica vocación, honestidad, responsabilidad y respeto. Es asumir un compromiso con lo que cada ser humano hace.
Ser docente en Venezuela: preceptor, maestro, profesor; en cualquiera de sus jerarquías, especialidades, modalidades y categorías es una de las más dignas profesiones e incluye uno de los roles más relevantes del aspecto laboral y social. En líneas generales, un docente es un profesional que debe dedicar toda su vida a la formación moral, académica, intelectual, psicológica, político-cultural y hasta religiosa del individuo, desde la Educación Inicial hasta la profesional.
El docente en la comunidad debe ser ante todo modelo de honestidad, formalidad, responsabilidad, equidad, educación, moralidad y honradez; debe ser líder absoluto en su comunidad, pero debe complementar los valores de su personalidad y los principios de su formación con los de otras profesiones porque además de maestro, debe hacer de: enfermero, médico y psicólogo, para reconocer y solucionar pequeños desajustes de salud del estudiante; padre o madre sustituto para escuchar inquietudes o problemas de sus estudiantes con la obligación de resolverlos de manera oportuna y satisfactoria, consejero para orientar a padres, madres, representantes y comunidad en general sobre situaciones conflictivas.
Muchas personas faltan a la ética porque con frecuencia llevan sus problemas a su lugar de trabajo. Entonces, ¿de qué sirve tener un título universitario o un puesto si haces tu trabajo con desinterés y sin vocación, pensando que todo el mundo tiene la culpa de tus problemas? La ética profesional es de cumplimiento obligatorio con nuestro ser, un principio inviolable, una lealtad que no se puede abandonar ni defraudar para que se llegue a ser mejor persona, con más principios y conocimientos.
El desempeño de la labor docente implica gran responsabilidad en el diseño, aplicación y reorientación de estrategias didacto-instruccionales que conduzcan a la construcción del conocimiento por quien se interesa en aprender. Otro aspecto incluido dentro de tan complejo sistema es la evaluación de los aprendizajes, lo cual se logra con la aplicación de elementos científicos para la observación, contraste y comprobación de logros obtenidos donde el profesional de la docencia debe poner a prueba su objetividad, equilibrio, honestidad, conciencia, experiencia y algunos factores asociados al ámbito socioeconómico y cultural del discente.
Cuando se actúa con ética profesional significa que se ha logrado integrar el quehacer diario con la vida cotidiana. La vocación tiene mucha importancia para que asumamos ese compromiso laboral.
Una frase que nos debe llamar la atención de Roberto Rossellini: “La búsqueda de la humildad es lo más importante, especialmente si quieres edificar una ética y si quieres alcanzar una cierta moral.”
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